El melasma, común conocido como paño, es un desafío que enfrentan muchas mujeres entre 30 y 40 años, especialmente aquellas con fototipos altos, es decir, pieles morenas u oscuras. Su prevalencia varía entre el 8,8% y el 40%, siendo causada por factores como la exposición crónica a la radiación ultravioleta, luz visible, estimulación hormonal y factores genéticos. Este trastorno se manifiesta a través de manchas marrones irregulares en áreas expuestas al sol, principalmente en la cara. Clínicamente, presenta tres patrones faciales predominantes: centrofacial, malar y mandibular, siendo el centrofacial el más habitual (entre el 50% y el 80%).
Para abordar eficazmente el melasma, es crucial establecer metas claras en su manejo: reducir la intensidad del pigmento, disminuir el área de las manchas, prevenir su recurrencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Existen opciones que incluyen agentes despigmentantes, tópicos, solos o en combinación, para lograr sinergia. Además, se pueden adoptar medidas para evitar factores agravantes, como la exposición intensa a la radiación UVA, UVB, infrarroja y luz visible, así como el uso de anticonceptivos hormonales y fármacos fotosensibilizantes.
La fotoprotección juega un papel fundamental en el tratamiento del melasma, ya que la luz visible ha demostrado promover la hiperpigmentación en pacientes con esta afección. Por lo tanto, recomendamos encarecidamente el empleo diario de agentes de protección solar que contengan dióxido de titanio y óxido de zinc. Además, fomentamos cambios de hábitos y el uso de complementos como sombreros, gafas y sombrillas para una protección completa.
En cuanto a los despigmentantes tópicos, existen diversas opciones, que incluyen el ácido fenólico, hidroquinona, retinol, ácido azelaico, ácido kójico, ácido tranexámico, vitamina C y niacinamida. Estos tratamientos tópicos son nuestra primera línea de acción contra el melasma, y su efectividad se hace evidente después de ocho a doce semanas de uso continuo, con la seguridad respaldada por estudios de aplicación hasta por seis meses.
Además de los tratamientos tópicos, en nuestra clínica también existen procedimientos de mínima invasión y productos despigmentantes de alta calidad. Estos procedimientos aceleran la eliminación de la melanina sin estimular su producción.
Para un enfoque más integral, consideramos agentes sistémicos coadyuvantes orales, como el ácido tranexámico, que actúa inhibiendo la enzima activadora de plasminógeno, reduciendo la conversión a plasmina. La dosis varía según las necesidades individuales, y la mejoría suele observarse en uno o dos meses. Otros agentes, como la melatonina y la superóxido dismutasa, también desempeñan un papel importante en la protección contra el daño inducido por los rayos ultravioleta y la estimulación de melanocitos.
Además de estas opciones terapéuticas, existen tratamientos complementarios como el ultrasonido de alta frecuencia y las micropunciones. El ultrasonido de alta frecuencia ha demostrado reducir la hiperpigmentación inducida por UVB, y las micropunciones permiten la administración eficaz de fármacos tópicos, promoviendo la proliferación de fibroblastos y la formación de nuevo colágeno.
El melasma puede afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes debido a su naturaleza crónica y las caídas frecuentes. En nuestra clínica de medicina estética, estamos comprometidos en proporcionar tratamientos de vanguardia que buscan una mayor despigmentación y la prevención de la recurrencia, mejorando así la calidad de vida de nuestros pacientes.
Conclusión del artículo:
El melasma, conocido como paño, es un desafío que afecta la calidad de vida, principalmente de muchas mujeres y en algunos casos de hombres. En nuestra clínica ofrecemos distintos tratamientos diseñados para reducir manchas y prevenir su recurrencia.