La tendencia del “Efecto Dominó” en el rejuvenecimiento facial con ácido hialurónico está transformando la medicina estética. En lugar de volumen, se busca una luminosidad mejorada y un soporte que reafirme la piel facial, devolviéndola a su estructura principal con la cantidad mínima de productos posibles. La clave radica en aplicar pequeñas dosis de productos que generan un impacto positivo en todo el rostro.
Proceso y Duración: Cada paciente tiene necesidades únicas, pero todos los procedimientos se centran en ser no quirúrgicos y mínimamente invasivos, permitiendo que las células trabajen a favor del paciente. El proceso consta de 1 o 2 sesiones, adaptadas a las necesidades individuales, con efectos que perduran entre 12 y 18 meses. Inicia con una historia clínica detallada y una exploración exhaustiva en reposo y movimiento para proporcionar un tratamiento exclusivo.
Metodología: La metodología sigue un enfoque progresivo, tratando desde las zonas superiores hasta las inferiores de la cara. Comienza en el tercio superior, avanzando hacia el medio y luego el inferior. Es esencial abordar primero la zona media del rostro y luego las zonas laterales. El ácido hialurónico se infiltra durante todo el proceso para recuperar el volumen perdido, elevar las cejas, suavizar la expresión y proporcionar un aspecto saludable. El tratamiento abarca desde la elevación de las cejas hasta la marcación del arco mandibular, creando un efecto lifting.
Áreas Tratadas: El “Efecto Dominó” se enfoca en rejuvenecer la mirada, tratar el surco nasogeniano y mejorar el contorno mandibular. Su objetivo principal es reducir la flacidez facial, devolver el contorno original de la piel y mejorar los ángulos de luz.
Conclusión: Este tratamiento nutre a nivel celular, reposiciona los tejidos y proporciona una apariencia descansada y fresca. Descubre la revolución en rejuvenecimiento facial con el “Efecto Dominó”, donde cada sesión es una experiencia personalizada que revela la belleza natural.